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Cáncer de lengua, enfermedad sin solución farmacéutica eficaz por la
medicina convencional, es un tumor maligno poco frecuente que se localiza, sobre todo, en el tercio anterior de la lengua. Los expertos creen que entre las posibles causas de este tipo de cáncer están el consumo de alcohol y tabaco.
Los tumores en la lengua se suelen extender por las estructuras contiguas como, por ejemplo, la laringe. Los tumores que se desarrollan en la zona anterior de la lengua son los que pueden causar las lesiones más graves de los tejidos.

Síntomas:
Llaga en la boca o el labio que no cicatriza (este es el síntoma más común), mancha roja o blanca en las encías, la lengua, las amígdalas o el revestimiento de la boca, nódulo en el labio, la boca, el cuello o la garganta o sensación de engrosamiento de la mejilla, dolor de garganta persistente o sensación de algo atorado en la garganta, ronquera o cambio en la voz, adormecimiento de la boca o la lengua, dolor o sangrado en la boca, dificultad para masticar, tragar, o mover
la mandíbula o la lengua, dolor de oído y/o mandíbula, mal aliento crónico, cambios en la forma de hablar, pérdida de piezas dentales o dolor de dientes o muelas; pérdida de peso sin razón aparente; fatiga; pérdida del apetito, en especial cuando es prolongada. Esto puede suceder durante los estadios más avanzados de la enfermedad.

Tratamiento:

Un tratamiento indicado para este caso sería utilizar el protocolo
C
o el protocolo B como alternativa, incrementando la toma a 3 ml de CDS disuelto en 100 ml de agua 10 veces al día. Se puede combinar con el protocolo R (rectal con perilla) durante 3 a 6 meses. Indudablemente protocolo J (lavado bucal). De noche es esencial que se aplique el protocolo E (enema) alternando el siguiente día con el protocolo L (baño).
Como todos los protocolos de cáncer, puede ser acompañado por
infusiones de artemisia (Artemisia annua) —5 g al día— y la ingesta de 15 g de Kalanchoe daigremontiana fresca.
Es esencial seguir una dieta adecuada anticancerígena, baja en azúcares y otras sustancias que acidifican el cuerpo, y que debe ser adaptada, según las circunstancias, a cada paciente.

Testimonio:

Enrique Ojeda (Chile) – 7/12/15
Hola, mi nombre es Enrique Ojeda y vivo en Santiago de Chile.
Deseo dar mi testimonio sobre lo acontecido con mi salud en el presente año 2015: el día 23 de Junio fui intervenido de un cáncer a mi lengua (Carcinoma de Células Escamosas), una ulcera de casi 2 cms, localizada en el borde lateral izquierdo de mi lengua.
El origen de esta úlcera se remonta al mes de septiembre u octubre del año 2014.

Se presentó como una pequeña mancha rojiza, con dolor y ardor (parecido a un Herpes), supuse que se debía a una mordedura accidental y que pronto sanaría, como ocurría normalmente con estos episodios. Pero, transcurrieron varios meses y no desaparecía, al contrario, iba cambiando de forma y color tornándose de un tono blanquecino.
En febrero del 2015 me surgió el temor de que podía ser algo más serio.
Concurrí donde una médico dermatóloga quien no me dio un diagnóstico, sino que me derivó a hacerme una biopsia, a lo cual no hice caso y me avoqué a investigar en la web sobre esta lesión que no sanaba para encontrar un remedio para su curación.
Encontré evidencia conforme a mis síntomas y su apariencia llegando a la conclusión de que se trataba de una Candidiasis (provocada por el hongo Candida albicans) encontrando también el remedio para tratarla. Fue así que compré el medicamento Itraconazol, el cual acabaría con la cándida en un tratamiento por 10 días.
Transcurrían los días y no veía mejoría. Terminé con el tratamiento y la herida seguía igual… Me asuste. Concurrí donde una odontóloga quien, también me derivo a hacer una biopsia de la herida. Seguía incrédulo, sin querer aceptar que podía ser algo más grave. Finalmente decidí visitar a un médico especialista cirujano Maxilofacial de vasta experiencia, quien, con solo visualizar la zona afectada me diagnosticó el cáncer.
La noticia me derrumbó. Pensé en las horribles secuelas que podía dejar, desde perder la capacidad de hablar o hablar con dificultad, hasta no poder deglutir alimentos debido a la mutilación de mi lengua.
El doctor me tomó una muestra para enviarla a biopsia, la que meses antes había rehuido, lo que finalmente confirmó el diagnóstico el día 4 de mayo, siendo derivado al Instituto Nacional del Cáncer (INC) donde quedé en espera de cirugía para aproximadamente finales de junio.
Desde el día del diagnóstico me concentré en buscar algún tratamiento para combatir el cáncer, y no darle mas chance de seguir expandiéndose. Encontré información sobre muchos elementos naturales como la graviola, aloe vera y miel, bicarbonato y otros a los que recurrí de inmediato. A mediados de mayo, encontré en internet un video donde presentaban un compuesto que combatiría
el cáncer eficazmente, el MMS. Descubrí que existía mucha información al respecto y muchos más testimonios que daban cuenta de su eficacia. Fue así que, a fines de mayo, llegue hasta donde Angélica Costa a quien conocí como consejera y distribuidora del MMS. Comencé con el protocolo inmediatamente esperando terminarlo después de un mes, y con la firme fe en mi curación, tiempo que restaba para que me citaran del INC para la cirugía (Glosectomía parcial y disección de ganglios cervicales).
Llevaba solo 20 días de tratamiento cuando sorpresivamente se adelanta mi hospitalización para intervenirme. Pensé: no terminé el tratamiento, pero algún beneficio hizo en mi. Estaba optimista aún cuando no había concluido la terapia con el MMS.
Fui intervenido y permanecí hospitalizado 16 días quedando a la espera del resultado de las biopsias del tumor y de los más de 45 ganglios disectados de mi cuello.
Fue angustiante la espera aunque presentía que todo estaba bien. Fue así que llegó el día de la noticia: ¡las muestras estaban limpias, sin evidencia de propagación del carcinoma! El tumor estaba “estacionado” y no se había expandido. No dimensioné lo bendito de la noticia, hasta que iba abandonando el hospital y no pude evitar la emoción y algunas lágrimas…
Hoy me encuentro casi totalmente recuperado, casi sin problemas de modulación, solo con alguna insensibilidad en mi cuello y en la zona disectada de mi lengua y una leve limitación del movimiento de mi brazo izquierdo debido a los cortes de músculo y nervios, pero considero que es mínimo si dimensionamos lo flagelante que pudo haber sido.
Es cierto que al haber tomado el MMS durante 22 días hizo que
desaparecieran las células malignas que pudieron haber estado alojadas en las zonas cercanas a mi lengua, ya que el dolor se me estaba proyectando a la mandíbula y el oído.
Doy gracias a Dios y al momento que descubrí este Milagroso Mineral.
Fuente:http://mmschile.ning.com/group/testimonios?groupUrl=testimonios &xg_source=a
ctivity&id=6431110%3AGroup%3A104437&page=4

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