El acné es una alteración de la piel que se caracteriza por la aparición de protuberancias. La piel está cubierta de pequeños agujeritos, que se conectan a través de un canal llamado folículo con las glándulas sebáceas. Dentro del folículo, el sebo transporta las células de piel muertas a la superficie de la piel. Cuando se tapa el folículo, se crea un grano o espinilla.
Síntomas:
Las lesiones que manifiesta el acné pueden ser inflamatorias o no inflamatorias. Dentro de las no inflamatorias se incluyen los comedones cerrados y abiertos, los “puntos negros” y entre las inflamatorias están las pápulas rojizas, pústulas, nodulos y quistes. Estas dos últimas son las más importantes, pues en su evolución pueden dejar cicatrices residuales, que son la secuela más importante del acné.
Tratamiento habitual
Un tratamiento habitual para este caso sería utilizar el Protocolo D dos o tres veces al día combinado con el protocolo C durante tres semanas.
Testimonio
Por medio de la presente quisiera aprovechar la oportunidad para narrarle mis experiencias con MMS.
Las primeras informaciones sobre MMS las recibí de una conocida que entusiasmada me contaba sobre el descubrimiento.
Contagiada por su entusiasmo me informé en intemet sobre MMS y por “casualidad” encontré su página web. Compré el libro y pedí las gotas y cuando ya lo tenía todo listo empecé a ir dejando la primera toma para el día siguiente. Al fin y al cabo acababa de empezar con los medicamentos que me había mandado el médico y tenía náuseas constantemente,
por lo que tenía miedo de que fuera a ir a peor…etc.
De esta manera, el libro permaneció aprox. 2 semanas en la cocina. Al principio no me di cuenta de que mi hijo de 16 años había cogido el libro y se lo estaba leyendo. De repente vino y me preguntó que dónde estaba el MMS que había pedido. El había leído el libro y lo quería probar. Al principio le reñí porque no tenía problemas de salud y además yo quería probar las gotas antes y ver si todo iba bien. Pero él siguió con su idea y empezó con la primera mezcla.
No me sentí muy bien por si acaso le fuese a “pasar” algo. Para mi disculpa debo decir que siempre he sido una persona muy asustadiza, y siempre tengo un “si”, pero… que pasa si…
Gracias a Dios no “pasó” realmente nada, que es con lo que nadie había contado.
Después de un par de días con 15 gotas de MMS diarias, tomadas por la
noche, aprox. 1 hora después de comer, pudimos contemplar el éxito. Mi hijo que desde hace 2 años padece de un acné muy muy grave en la cara y la espalda y ha probado miles de cremas y terapias medicamentosas vio una mejoría de los granos inflamados. Después de 3 semanas ya no había granos nuevos y los “viejos” se habían vuelto de un color rosa suave tendiendo a un tono de piel sana. Al cabo de las 4 semanas no quedaba un solo grano.
Nunca se sintió mal después de las tomas y tampoco observamos efectos secundarios.
No puede imaginarse el cambio positivo que ha tenido su vida gracias a esto.
Yo ahora también tomo MMS y dentro de algún tiempo podré narrarle mis propias experiencias.
Espero que con estas experiencias le haya dado un empujón a alguno que todavía tenga un “poco de miedo”.
Con cariño
Gabi de K.
Tomado del libro “Salud Prohibida”, con autorización del autor y propietario de toda la información: Andreas Kalcker info@andreaskalcker.com
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