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El cáncer gástrico es una enfermedad sin solución farmacéutica eficaz por la medicina convencional. Distintos tipos de crecimiento tumoral maligno pueden ocurrir en el estómago. El más común se denomina adenocarcinoma.
Este cáncer comienza a partir de uno de los tipos de células que se
encuentran en el revestimiento del estómago.

Síntomas:
El cáncer de estómago puede ser difícil de detectar en sus inicios ya que a
menudo no hay síntomas, y en muchos casos, el cáncer se ha extendido antes de que se encuentre. Cuando ocurren los síntomas, son a menudo tan discretos que la persona no se preocupa por ellos.
Puede causar los siguientes efectos:

  • malestar o dolor abdominal (que puede ocurrir después de una comida pequeña), náuseas y vómitos, diarrea o estreñimiento,
  • pérdida del apetito
  • debilidad y fatiga
  • sangrados inhabituales
  • cambios en el ritmo intestinal o urinario
  • heridas que tardan en cicatrizar
  • dificultad para ingerir alimentos
  • cambios repentinos en el aspecto de verrugas cutáneas
  • tos persistente o ronquera, pérdida de peso y mal aliento
Tratamiento:

Un tratamiento indicado para este caso sería utilizar el protocolo C, incrementando la toma a 3 ml de CDS disuelto en 100 ml de agua 10 veces al día. Se puede combinar con el protocolo K (DMSO) durante 3 a 6 meses.

De noche se aplica el protocolo L (baño), si se puede.

Como todos los protocolos de cáncer, puede ser acompañado por infusiones de artemisia (Artemisia annua) 5 g al día, y la ingesta de 15g de Kalanchoe daigremontiana fresca.

Es esencial seguir una dieta adecuada anticancerígena, baja en azúcares y otras sustancias que acidifican el cuerpo, y que debe ser adaptada, según las circunstancias, a cada paciente.

Testimonio:

Enrique Aigneren Herrera (Chile) – 30/5/14

En septiembre de 2012 me detectaron un cáncer gástrico tipo Gits y me intervinieron sacándome todo el estómago y se detectó una metástasis en el hígado, por lo que dieron un tratamiento ambulatorio con Glivec. Después de unos meses de tratamiento tuve una anemia provocada en gran parte por el tratamiento, lo que me tenía muy mal.

Los médicos querían operarme para sacar el tumor del hígado ya que el medicamento me hacía mal. Fue en ese momento que supe del CDS. Hablé con Angélica e inicié el tratamiento. Al mes del tratamiento me hice una ecotomografía gástrica y ya no se veía el tumor. Al completar el segundo mes me hice una resonancia magnética y solo se detectó una lesión de 6 mm de residuos del tumor. Después de un mes más de tratamiento desapareció por completo y no hay más cáncer.

Fuentes: https://youtu.be/r5yWwOh3yiE & https://youtu.be/M0XNopbihPM

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